Friday, September 14, 2012

CAP1: "La tormanta que trajo la calma"

Aquí estoy, plantada, delante del espejo como la mayoría de los lunes de mi vida, a estas horas de la mañana, intentando darle un visto bueno a mi desastroso aspecto antes de ir al instituto.
Y como siempre….¡ sin remedio!
Vale, no intento parecer una top model, ni nada por el estilo (ni en un millón de años lo conseguiría), pero tener que pelearme con mi pelo todas las mañanas era horrible:
Pelirrojo, largo hasta la cintura, ondulado y un rebelde nato…no hay peine o champú alisador que el señor pantene haya podido inventar para dominarlo.
Mientras intentaba para nada modificar los pelos de leona que tenía, vino a su mente la posibilidad de que el comienzo de semana, se estropearía aún más por otro motivo (o persona) que por el simple echo de ser lunes: Vanesa…Esa chica se la tenía jurada y Bea aún no entendía muy bien el por qué… Desde que entraron en el instituto, Vanesa se encargó de convertirse en algo parecido a la “chica popular” y rodearse de una corte de perritos falderos. Bea suponía que el simple echo de que la ignoraba, hacia que Vanesa intentara llamar su atención martirizándola: criticaba su pelo, su forma de hablar e incluso el echo se que Bea, a pesar de ser pelirroja, tuviese los ojos de un marrón oscuro…cualquier excusa era buena, y esta semana sabia que Vanesa y toda la clase, incluida ella misma, estarían bastante nerviosos porque el viaje de fin de curso se acercaba….y cuando Vanesa se ponía nerviosa (como en época de exámenes) solía tener algunas de sus “geniales” ideas….aunque Bea había optado por la técnica infalible de “por un oído me entra y por otro me sale” pasando completamente de ella, tenía que admitir que le daba un poco de miedo las posibles ideas que se le habrían ocurrido a la chica para recaudar dinero para el viaje….y lo que eso implicaría para ella…Parecía que a Vanesa no le molestaba que a Bea pudiera interesarle la historia y el arte mas que la ropa o los chicos…
Bueno, ahí había un pequeño detalle que sus compañeros ignoraban…era lesbiana.
Y a decir verdad, con 16 años y lo poco lanzada que era… o salía pronto del armario y se buscaba a alguien…o acabaría con 50 años, sola, y rodeada de gatos. La sola imagen mental de aquello le provocó un escalofrío.
 
- Cariño! ¿Estas lista? – era la voz de su madre desde la planta de abajo de la casa.
-Ya voy!!…esto no tiene arreglo- pensó dando por perdida la batalla con su cabello…así como iba a ligar con alguien?
-Date prisa, que el desayuno se te va a enfriar “bollito”!!
Bea resopló intentando calmarse…le había dicho a su madre una y mil veces que no la llamara…así!…Resulta irónico que seas lesbiana y tu madre te llame bollito!! (aunque ella no tenga ni idea y lo haga cariñosamente…que ya tenia 16 años!)
-Qué es este tocho de folios?- le preguntó a su madre mientras cogía una tostada del plato. Parecían anuncios de trabajo impresos.
-Se me ha ocurrido una idea – su madre le sonrió dulcemente mientras dejaba a su hermana pequeña, Cristina, en la cuna.- Verás, como yo no puedo hacerme cargo de Cristina por las tardes, por el trabajo, y tu estas muy liada con los estudios…he pensado que podemos buscar a alguien que se quede unas horas aquí por las tardes, para que no se te acumule todo el trabajo…¿Qué te parece?
Bea pestañeo un par de veces…no sabía si había oído bien a su madre.
Ella sabía que cuidar de una niña de algo mas de un año, es un trabajo bastante complicado, pero ella nunca se le había quejado a su madre, y cuando se quedaron solas, y su madre se puso a trabajar para mantenerlas, Bea se hizo el firme propósito de ayudar en todo lo posible.
 
-¡Pero que estas diciendo mamá! ¡Como si yo no tuviera tiempo para cuidar a la enana!- dijo para quitarle importancia al asunto.
-Bea…se lo que estas haciendo –su madre la miró de forma intensa.
-¿Haciendo?…¿qué?
-Se que no te importa encargarte de Cristina, que la adoras…pero también se que esto no es lo mismo que cuando estaba papá.
Bea miró a su madre, desde la muerte de su padre no habían hablado mucho más de ello.
 
-No quiero que te sientas obligada a nada, se que estas poniendo todo lo que puedes de tu parte, pero también se que al hacerlo estas sacrificando tus estudios, y se lo mucho que te gusta lo que haces- su madre le sonrio .
-No exageres mamá…no es para tanto.
-Te he visto estudiando de madrugada, intentando que yo no me diera cuenta de que no puedes llevarlo todo para delante- Bea se sonrojó…así que su madre la había pillado
-Mamá, por los estudios no te preocupes…si no puede ser ahora será en otro momento- intentó parecer lo mas convincente posible.
-Escúchame, por favor -dijo su madre sentándose frente a ella- yo también tenía mis sueños pero al quedarme embarazada de ti, tan joven, tuve que renunciar a muchas cosas…incluyendo los estudios…y que conste que de lo único de lo que no me arrepiento es de haberte tenido!…yo sólo quiero que tu puedas tener lo que no tuve…- añadió tristemente- además sólo serán unas horas, hasta que tu termines o hasta que yo vuelva!- su madre la miro esperanzada con esa carita de niña buena que ponía siempre que quiere conseguir algo.
-Esta bien mamá…tu ganas…
-Bien!!! Ya veras lo bien que vamos a estar bollito!
-MAMÁ!!!
Finalmente, salió de casa con el gran tocho de anuncios en la mochila, después de que su madre le dijera unas…50 veces, que colgara algunos en el tablón de anuncios de la escuela, quizás algún amigo tuviera una hermana interesada o apareciera alguien dispuesto a cuidar de la enana unas horas…(que inocente es mi madre!). El cielo estaba cubierto de nubarrones, a decir verdad, habían dado lluvias para hoy.
A Bea le encantaban los días nublados…le recordaban los días de lluvia, en casa, con la familia alrededor de la estufa…y a su padre.
Bea se cerró los botones del abrigo, una de las pocas prendas que le quedaban de su padre, a pesar de que le venía un poco grande, a ella le gustaba porque en cierto modo…aún olía a él.
Pero cuando hablaba de su padre no se refería a su padre biológico…
Su madre se quedo embarazada más o menos con 20 años, de un chico mayor que ella, con el que había salido durante un tiempo. Después de decirle que estaba embarazada, no supo nada más de él.
Se mudó con Beatriz a Sevilla donde le habían ofrecido un trabajo a media jornada…allí fue donde conoció a Pablo…digamos que fue un flechazo, y que acabaron viviendo juntos en una modesta casita que estaba a su nombre. Su madre siempre había sido muy alocada, pero cuando se quedó sola con Beatriz , en una ciudad desconocida y sin nadie que pudiera ayudarla, su madre cambio bastante, volviéndose mucho mas seria y triste…a pesar de que aún era una mujer joven. Pablo fue como una bocanada de aire fresco, y le devolvió parte de su juventud a su madre….por primera vez en mucho tiempo Bea la vio sonreír con sinceridad.
Fueron tiempos felices, ya que Pablo se convirtió en el padre que ella nunca había tenido. Después su madre se quedo embarazada de nuevo y Pablo estaba encantado de tener una nueva chica en la familia…sin embargo no llego a verla nacer.
Pablo, murió unos meses antes del nacimiento de Cristina…Bea odiaba recordar eso.
 
-Seguro que le hubiese encantado la enana- pensó con melancolía, aunque intentaba no darle más vueltas al asunto o acabaría por ponerse triste y eso era lo último que quería que su madre viera…sabia que algo dentro de ella se había roto, al verse abandonada por segunda vez…Porque su madre estaba volviendo a encerrarse en si misma y a cambiar su forma de ser otra vez…y no quería que volviera a pasar….es como si envejeciera 10 años de golpe…
Sin darse cuenta había llegado a la puerta del instituto, y a pesar de llevar el paraguas abierto, sus pies estaban prácticamente chorreando.
El panorama en el pasillo tampoco era muy diferente. Las goteras habían llenado de charcos el suelo, y prácticamente no quedaba nada seco.
 
-Genial! Este instituto se cae a pedazos!!- el agua de una gotera le dio en la cabeza- buffffffff!! Será mejor que cuelgue esto pronto…
Le preocupaba el hecho de que Vanesa o alguno de sus perritos falderos la pillara colgando uno de esos anuncios, pero la simple idea de su madre reprochándole por no haberle echo caso después de haberlo hablado, acabo por convencerla. (Podía ser muy cabezota cuando se lo proponía U¬¬ )
A pesar de que llegaría unos minutos tarde a la primera clase, prefería aprovechar el tiempo que los pasillos estuvieran desiertos. Así que sacó los folios de la mochila y buscó un hueco libre en el corcho.
 
- A lo mejor hay suerte y no lo ve nadie, a si mi madre tendrá que darse por vencida- pensó- (eso no te crees ni tu).
Tan entretenida estaba en sus pensamientos que no vio a una figura que entraba corriendo por la puerta principal y que prácticamente se le venía encima.
 
-¡Cuidado! ¡Apártate!- gritó alguien
-¿Qué..?- Bea se giró pero lo siguiente que vio fue el suelo y un montón de papeles a su alrededor.
-Auch!!- Bea había dado de lleno en el suelo y algo le decía que tendría algún que otro moratón con el que poder demostrarlo.
Tenía los ojos cerrados por el golpe, pero aún sentía que tenía a alguien aplastándola encima.
 
-Te dije que te apartaras- dijo una voz muy cerca de ella.
-¡Encima de…!- empezó a decir Bea, pero no pudo terminar.
Al abrir los ojos, se encontró de lleno con un par de ojos azul-grisáceos que la miraban entre divertidos y preocupados…
 
-El color del cielo en un día de tormenta- pensó Bea mientras intentaba enfocar la cara de la persona que tenía encima…¿encima? Espera, ¿todavía estaba encima? Tenía toda la espalda pegada al suelo húmedo y podía sentir la respiración parcialmente agitada de su “atacante” en su estómago, y en su pecho…si…había algo abultado contra su propio pecho…algo…no!..espera..¿no podía ser?
¡¡¡Tenia a una tía encima!!! (Dios existe…)
Esta idea la hizo sonrojarse violentamente, lo cual no paso inadvertido por la otra chica, que esbozó una sonrisa pícara. Esto, hizo reaccionar a Bea.
-¿Podrías quitarte ya de encima?- le dijo bastante mosqueada
-¿Qué pasa?¿ Tienes complejo de sándwich o es que la temperatura del agua no está a tu gusto?
Sonrió de medio lado y apoyó ambas manos en el suelo para levantarse.
A medida que la chica aligeraba su peso al levantarse, Bea, pudo observar su pelo negro y lacio, a pesar de estar mojado y cuando consiguió levantarse, no sin dificultad, apoyándose en la pared, Bea pudo observar que la chica iba en patines.
Aún desde el suelo, Bea pudo apreciar que la chica parecía un poco más alta que ella, y que los vaqueros y el jersey se le ceñían más de la cuenta al estar prácticamente empapada. Tenia parte del cabello pegado a la cara, debido al agua y al sudor, y las mejillas sonrosadas por el esfuerzo.
Beatriz no recordaba haber visto unos ojos tan bonitos…eran muy expresivos, parecían dos inmensas nubes oscurecidas que fueran a ponerse a llover de un momento a otro…era muy guapa.
 
-¿Le has cogido cariño al suelo o que? ¿No tenias tanta prisa en levantarte?
Rectificando la frase anterior: guapa y borde.
 
-¿Siempre eres tan amable con todos los que atropellas?
-¿Que te hace pensar que no eres la primera?
-¡Por tu culpa estoy empapada!- Bea llevaba abierto el abrigo y el jersey chorreando de la chica había calado su ropa.
-Pues bienvenida al club nena- dijo la morena irónicamente mirando su ropa empapada.
Bea rodó los ojos y trató de ponerse en pie, no sin notar como su culito se quejaba por la caída. Miro a su alrededor…Dios! La mayoría de los anuncios estaban chorreando igual que ella. Se agachó y para su sorpresa, la chica morena comenzó a recoger los anuncios desparramados por el suelo a su vez.
 
-Esta todo chorreando…- se lamento Bea.
-Bueno- dijo la morena enseñándole 3 o 4 que tenía en la mano- estos se han salvado.
-Tu y tus patines!!…ahora tengo que recoger este estropicio…
-Ey! Si te hubieras apartado no habría frenado contigo
-O sobre mí- pensó Bea.
-Empecé frenando con las farolas, después con los árboles y ahora con las personas…¡creo que voy mejorando mis relaciones!- añadió la morena medio en broma.
-Es tu forma de hacer amigos…¿no?- Bea levanto la cabeza hacia ella y de pronto se produjo un choque de miradas. Los ojos de la morena parecieron oscurecerse más de la cuenta.
-Si…eso parece…
¿Qué había en esa mirada? ¿Tristeza?¿Enfado?¿O todo junto? El problema es que era demasiado profunda y directa como para mantenerla. Bea desvió la mirada hacia el suelo, cosa no pareció sorprender a la morena.
 
-¿Eres nueva? No recuerdo haberte visto antes por aquí…- dijo Bea cambiando rápidamente de tema.
-¡Mierda¡ ¡La clase! ¡¡Llego tarde!!
Y sin darle tiempo a Bea a responder, se levantó como un resorte del suelo, llevando aun los anuncios secos en la mano y comenzó a patinar por el pasillo.
 
- Eh!! Espera!!!- le grito Bea
 
La chica se giró aun patinando y le gritó desde la mitad del pasillo:
 
-Lo siento pero no tengo tiempo, por cierto….bonito sujetador!- y se dio la vuelta y desapareció tras una esquina del edificio.
-¿Qué…bonito….que?!- Bea bajó su mirada hasta su camiseta blanca y descubrió lo que se estaba temiendo…estaba empapada….en que maldita hora se le ocurrió ponerse ropa interior negra!?
Se tapó rápidamente con el abrigo completamente sonrojada.
Mientras tiraba la maraña de papeles chorreantes y pegados a la papelera, no pudo evitar repasar su encontronazo.
-Desde luego que esa tía es una borde…- se dijo a si misma- espero no tener que cruzármela más por aquí…hay que ser rara para ir en patines con la que esta cayendo!
Lo que Bea no sabía, es que ese no era más que su primer encuentro y que aquellos “ojos tormenta”, como ella los había llamado, le iban a dar mas de un dolor de cabeza.
 
Mistika